Toro de Falaris

Toro de Falaris

Esta tortura ea atribuida al despótico rey Falaris, gobernador de Acragas (actualmente llamada Agrigento, situado en Sicilia) el cual murió en el año 554 a.C. Esto nos conduce a Sicilia en el siglo VI a.C.

Según la leyenda, Falaris, buscaba un nuevo método por el cual ajusticiar a sus prisioneros. Perilo se ofreció para tal labor, y construyó un instrumento de tortura cruel y sádico, que proporcionaba una muerte tremendamente dolorosa.

Perilo lo presentó ante el monarca, como un toro de bronce hueco, en el cual, a través de una trampilla, se introducía a los que iban a ser ajusticiados. Una vez dentro los prisioneros, se cerraba la trampilla, y en la zona de la panza se colocaba debajo una hoguera. Con el tiempo, la estatua alcanzaba temperaturas similares a las de un horno, y los desdichados dentro de la misma, morían debido a las graves quemaduras provocadas al ser sometidos a tales temperaturas. Para darle un toque más sádico, había pequeños agujeros en la zona de la boca. Así los gritos de dolor de los condenados hacían la imitación de los mugidos del animal.

Esta historia tiene un final irónico, porque después de que Perilo acabase de explicar el funcionamiento del instrumento, Falaris dió la orden de introducir al ingeniero dentro de la estatua.

Sea cierta esta historia o no, lo cierto es que este intrumento de tortura y ejecución es bastante sádico y existe. Por suerte ya no se utiliza y ha quiedado como un producto ya caduco de la crueldad humana. Un ejemplar de este sádico e inhumano mñetodo de ejecución esta presente en el Museo de la Tortura de Santillana del Mar.